La procesión del primero de mayo se celebra cada año con la imagen de Jesús Divino Obrero, paso que es pujado por cuarenta braceros, y representa el punto de partida de cada nueva abadía.
Esta procesión es la mejor oportunidad para ver pujada la imagen titular de la penitencial y poder participar de un cortejo por las calles del barrio obrero estrechamente unido por historia y nacimiento a la Real Hermandad de Jesús Divino Obrero.